viernes, 9 de agosto de 2013

Propaganda distribuida per Quico Sabaté 28 de setembre de 1955

“Entre el diverso material que Sabaté había preparado durante su permanencia forzosa en Francia figuraba una especie de mortero original construido para disparar “proyectiles” llenos de propaganda que la dispersaban a varios centenares de metros del lugar de lanzamiento, al estallar el cohete en el aire. Esta innovación fue experimentada el 28 de septiembre de 1955, con motivo de un viaje que Franco hizo a Barcelona. En un taxi de techo corredizo instaló su artefacto – después de explicar al chofer que se trataba de distribuir propaganda en honor del jefe del Estado – y los barceloneses quedaron sorprendidos al ver llover infinidad de octavillas, impresas sobre papel fino de varios colores, redactadas en catalán y castellano. Esta propaganda Sabaté la había firmado: “Moviment de Lliberació- Movimiento de liberación (Comité de relaciones)” (TÉLLEZ SOLÁ, A., 1992. pag.235)


Alguns d’aquests fulls volants:

“Españoles:
España es una inmensa cárcel.
Todos somos prisioneros del régimen clérico-
militar-falangista que impera.
Recordad que hay miles de presos en cárceles y
presidios. Hombres que se sacrifican por vosotros
y por el bienestar de vuestros hijos.
Estos presos son españoles amantes de la libertad.
¡Manifestaos a su favor!
¡AMNISTIA¡ ¡LIBERTAD PARA TODOS LOS
PRESOS  POLITICOS Y SOCIALES!
¡Que este clamor se extienda en toda
España¡
Hay que abrir las cárceles y presidios donde
penan y agonizan los hombres que se han rebelado
contra el franquismo.”

“Poble Català
Mai com avui havies vist trepitjats els teus
Drets: escarnides les teves llibertats.
Ja n’hi ha prou d’esclavatge!
Redrecem-nos, catalans.
Agermanats amb els fills dels altres pobles his-
Panics, ESCAMPEM ARREU DE TOT LA RE-
VOLTA CONTRA FRANCO.
A l’Acció, Catalans!” 


“Al margen de esta actividad editora, Sabaté había grabado algunos discursos en cintas magnetofónicas, y de vez en cuando se presentaba en algún lugar concurrido por los trabajadores, incluso en refectorios de fábricas, donde ponía el aparato en marcha y les hacía escuchar palabras que desde hacía muchos años no se decían públicamente en España.” (TÉLLEZ SOLÁ, A., 1992. pag.251)


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